November/11/2013.
I was still feeling uncomfortable in the morning so I begged out of the riding for the first part of the day and went food shopping with Chris and the puppies. We went questing all over town looking for tamales and empanadas. We finally found us some in those little candy selling stands on the highway towards La Paz. Then we got a call from my mom asking us to stop by La Esquina and get some coffee; they had tried to stop by there for breakfast a little earlier but just didn't have the time. We managed it all and set off to find the riders on the road up the coast.
Todavía me sentía un poco mal en la mañana así es que me excusé de montar en la mañana y fui a hacer las compras con Chris. Buscamos tamales y empanadas por todo el pueblo, hasta que por fin los encontramos en las tienditas en la carretera hacia La Paz, esas que venden dulces. Luego me llamó mi mamá que pasáramos por café a La Esquina; habían querido parar ahí en la mañanita para desayunar pero no les dio tiempo. Logramos todos y seguimos sus huellas hacia el norte por el camino costero.
We caught up with and followed them on and off for a couple hours until Eve got tired (and seriously after long days of riding, who can blame her?). We made a spot in the back for Chris and Lucky to crawl into so Eve and Luna could sit in the front while I drove. We went on ahead looking for the ranch called Chapingo. Man, was it hard to find! The road that goes into the ranch comes in from the back and since we were coming along the coast road the only way in was a little sandy "brecha" fit only for mules, but we made it through! Barely.
Los alcanzamos y seguimos por varias horas hasta que Eva pidió cambio al carro. Hicimos campo para ella y Luna adelante y Chris con Lucky atrás. Nos fuimos adelante de los jinetes para buscar un rancho llamado Chapingo. Que difícil! El camino que llega al rancho entra por el este y como nosotros veníamos del oeste la única forma de llegar es por una brechita donde apenas pasarían las mulas pero lo logramos, como? quien sabe!
(No, that's not the narrow road :), No, esa no es la brechita :) )
As we drove in I got flashbacks from when my mom and I had ridden through the same ranch 12 years or so ago when we were traveling from Las Pocitas to Todos Santos. It's a beautiful ranch with lots of alfalfa and sheep and also with all the things we've come to view as actual luxuries of modern life: a gas burning stove, a flushing toilet, electricity, etc.
Mientras manejaba hacia el rancho recordaba cuando my mamá y yo pasamos por ahí, en nuestra ruta de Las Pocitas a Todos Santos hace 12 años mas o menos. Es un rancho bello, con mucha alfalfa, borregos y todo lo que hemos llegado a ver como lujos de la vida moderna: una estufa de gas, un retrete que realmente funciona, electricidad, etc.
The owner wasn't there last time we passed through but his son, Ricardo, remembered us and invited us in to use the kitchen, bathroom and the sheep corrals for the mules. As Chris and I made dinner the riders came in. They got the mules settled down and we all had a good dinner and a good talk with our host.
El dueño no había estado en el rancho hace 12 años pero su hijo, Ricardo, nos recordaba y nos invitaron a usar su cocina, baño y un corral para las mulas. Mientras Chris y yo preparábamos la cena llegaron los jinetes. "Acostaron" a las mulas y todos cenamos, mientras disfrutábamos de una buena charla con nuestro anfitrión.
He studied agronomy in Mexico City and after his ranch in Aguascalientes was confiscated by the government for very shady reasons he moved out here and started up his ranch on the coast. Ironically enough, with the governments help, he was able to get a huge piece of land, farm equipment, drilled a well and eventually even put in electricity. Now his children (I think he has 8, all adults) help him out in his old age but I'm sure he still works just as hard as he did when he was twenty. And that holds true for most of the people out on the ranches; they might be in their 80s or 90s but they keep on going.
El estudió agronomía en La Cd. de México, creo, y después que el gobierno le confiscó su rancho en Aguascalientes por razones poco obvias, el su mudó a la península y empezó su rancho en la costa. Irónicamente el gobierno de aquí lo apoyó para la infraestructura del rancho, la maquinaria, etc. Ahora sus hijos (8, creo), lo ayudan en su vejez, aunque estoy segura que el aún trabaja igual que cuando tenía 20. Y su historia es similar a la de muchos rancheros mayores: tendrá 80 o 90 años y siguen trabajando con toda la fuerza y entusiasmo de su juventud.