22/Noviembre/2014
So here we were, two days behind
our self imposed schedule but all together and all mostly not tired. That
morning I took my turn in the car (yes, we did that, fought over who had to go
in the car ‘cause we actually did all want to ride!) with Beto and Lucky and we
set out for the next little town while all the old riders and the two new ones
followed. Don Martin did not accompany us though; the 77 year old had to return
to his ranch, something about chasing wild cattle or mountain lions through the
desert.
So we continued on, joined in the
next village by another one of those handsome young cowboys on handsome young
horses (man, do they keep popping up! Chris, if you are reading this no worries
please, you know I couldn’t ever be a ranch wife: I suck at making tortillas).
He camped out that night with us but probably got super bored with our slowness
and bailed early. Did enjoy the deer machaca Beto literally pounded out with a
rock right there at the campsite for us. It was delicious and I couldn’t keep
up with the burrito demand!
Oh, I forgot to mention: on the way out of town Beto took me to meet one of the leather and knife makers that the town is famous for. Leslie got herself a machete... don't mess with her!
Oh, I forgot to mention: on the way out of town Beto took me to meet one of the leather and knife makers that the town is famous for. Leslie got herself a machete... don't mess with her!
Pues aquí estamos, dos días atrasados en nuestro horario impuesto por nosotras mismas, pero juntos y casi sin cansancio. Esta mañana me turné en el carro (si, hacemos eso, peleamos sobre quién tiene que irse en el carro porque verdaderamente todas queremos montar!) con Beto y Lucky, saliendo hacia un pueblito llamado Toris, mientras que los cabalgadores originales, y los dos nuevos nos seguían. Don Martin, desafortunadamente, ya no nos acompaño; con sus 77 orgullosamente cumplidos tuvo que regresar al rancho, algo sobre campear a una res bronca o leones en el desierto, algo así. Continuamos solitos, y en le siguiente rancho nos alimentaron y de salida nos acompaño otro de esos jóvenes vaqueros guapos que tendemos encontrar (Chris, si lees esto no te preocupes por favor, sabes que nunca podría ser señora de rancho: me salen horribles las tortillas). El chavo acampó con nosotros esa noche pero se esfumó en la mañana, seguro aburrido con nuestra lentitud. Pero si disfrutó, y disfrutamos, de una machaca de venado que Beto literalmente machacó ahí en el campamento entre dos piedras. Era delicioso y ni bien hacia el burrito cuando ya se lo habían comido!
Ah, se me olvidó mencionar que antes de que saliéramos Beto me llevó a conocer a uno de los talentosos señores que hacen cuchillos, por los cuales el pueblo es famoso. Leslie se compró un machete... no jueguen con ella!
Ah, se me olvidó mencionar que antes de que saliéramos Beto me llevó a conocer a uno de los talentosos señores que hacen cuchillos, por los cuales el pueblo es famoso. Leslie se compró un machete... no jueguen con ella!
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